La fe es verdadero conocimiento, pero es un conocimiento justamente distinto del que se obtiene cuando se analiza un objeto, es decir, cuando literalmente se lo «descompone». Encontrar a otro como persona no significa «descomponerlo», es decir, desmembrarlo psíquicamente y apoderarse así de él, sino verlo en su alteridad, más aún, en su extraña singularidad