Franco Pellegrini

si tuviéramos que definir muy sencillamente qué hacen los diseñadores, podríamos afirmar que se dedican básicamente a resolver problemas.

para la RAE, una alteración del ánimo. Según Paul Ekman, existen siete emociones básicas: la ira, el miedo, la felicidad, el afecto o el amor, la sorpresa, el disgusto y la tristeza. Pero en ningún momento especifica cómo se produce esa alteración.

Las respuestas, el vocabulario que usa y el estilo provocativo, que quizás serían tomados de mala manera si no provinieran de un tiernísimo topo, suelen suscitar emociones positivas en los usuarios.

ncluso algunas investigaciones han demostrado que aquellos productos que nos atraen emocionalmente nos generan la sensación de mejor funcionamiento.

Donald Norman, en su libro Emotional Design (2003), explica que podemos amar u odiar algo pasando por tres fases: una visceral, una conductual y otra reflexiva

usuario/cliente/ciudadano,

consumidores no compran bienes o servicios, sino experiencias, sueños o recuerdos.

El diseño no es dibujar, ni hacer ropa, ni decorar una casa, sino que es más bien una forma de pensar, un proceso.

Básicamente, para poder diseñar, nos formamos primero en aprender a ver, indagar y luego a entender. Una vez que entendemos, podemos proyectar un plan, luego accionar su ejecución —y resolver un problema— para repetir el proceso y comprobar si lo que hicimos funciona o no… y si no, iterar.

“El diseño es simple, por eso es tan complicado”.

PAUL RAND