Más allá de eslóganes (que compartimos) como «la alegría es revolucionaria» o «cuidarnos unas a otras para ser peligrosas juntas», que corren el riesgo de acabar asimilados por la hueca narrativa motivacional hegemónica, creemos que es importante prestar atención —tanta como la que prestamos al malestar que nos dificulta el día a día— al hecho de que existe un nosotros sosteniéndonos y respaldándonos, al igual que cada uno de nosotros sostiene y respalda a otros.