Sefchovich Sara

a principios de 1885, cuando González ya no era primer mandatario promueve el juicio. Pero mañosamente, él había aprovechado el tiempo en el cargo más alto de la República para cambiar los bienes conyugales a su nombre y ¡hasta para mandar a hacer cambios en el Código Civil que le impidieran a ella salir airosa de la situación!

un día, adolescente, me incliné ante un espejo y no había nadie. El vacío”.26
Rosari

¿Se percató de que era absurda su idea de “promover la participación ciudadana”127 pues a ésta no se le pueden dar las directrices ni señalarle los caminos, las prioridades y los métodos desde el gobierno?

cómo olvidar que durante todo el siglo XIX hubo peticiones de divorcio siempre iniciadas por las mujeres dice Silvia Marina Arrom, y cuyo causal era la violencia y los maltratos del marido! Y deben haber estado muy hartas y desesperadas para recurrir a ese expediente a sabiendas del negro futuro que les esperaba. Algunas esposas incluso los llegaron a matar porque no encontraban otra salida y alguien que visitó la cárcel de mujeres afirmó que lo más impresionante es que ninguna de las allí recluidas sentía remordimientos y todas afirmaban que “el hombre se lo merecía”.

la respuesta de González fue hacer todo lo que estuvo en sus manos para hundirla. No sólo la corrió de su casa, le quitó a sus hijos y la dejó sin medios de manutención sino que la calumnió para mancillar su nombre y dejarla completamente excluida de la sociedad. Lo cual logró.

¿Qué necesidad tenía ese hombre de hacerle tanto daño a una pobre mujer? Ninguna

siendo como era tan riquísimo, hubiera podido pasarle una pensión sin que ello le afectara en lo más mínimo. Pero su orgullo de macho no podía aceptar que una persona de la que se sentía dueño y señor se rebelara y lo pusiera en evidencia. Por eso se decidió a aplastarla.

Se dijo en aquel entonces que éstos eran “asilos para niños que necesitan amparo, los infelices hijos de las obreras, desgraciados seres indigentes que ya no estarán abandonados al mísero jornal de sus madres y recibirán caridad material y espiritual”.266 Este lenguaje es típico de una época que consideraba, como escribió Macedo, que “la sociedad se divide en superiores e inferiores”

Según José López Portillo y Rojas, sólo la necesidad puede engendrar los estímulos que se requieren para mejorar la propia condición: “Causa verdadero asombro la miseria en que viven los campesinos. Trabajan sin tregua, comen poco, andan casi desnudos… Saldrán de la abyección en que vegetan el día que aspiren a comer bien, a vestir decentemente y a procurarse comodidades”.

el Sr. Manuel Vértiz, residente en esa ciudad (San Bernardo 13) o un señor D. Félix Cuevas. Desde hace mucho tiempo, por razones que no comprendemos, los administradores de la citada hacienda han puesto verdadero empeño en causarnos todo el daño que su maldad les sugiere; comenzaron por tratarnos con extremado rigor en los quehaceres del campo, siguieron por alterar incondicionalmente la renta de pastos para nuestros ganados, obligándonos por esta causa a deshacernos de ese único recurso con que contábamos para casos de extrema necesidad

El sitio que han ocupado las mujeres en la historia ha sido y es el de lo privado,2 el de lo cotidiano, lo no excepcional, lo que se considera banal.