me distrae la risa de Eleanor. Cada vez que algo le hace gracia, suelta una especie de graznido. Parece un pato.
Estoy embelesada viendo cómo disfruta de la película. Se piensa que me río por algún chiste, pero no, me río porque me tiene loca. Me quedo embobada con su sonrisa blanda y sus graznidos. Me parece tan adorable que me cuesta respirar. Se me nubla la vista, se me saltan las lágrimas y no puedo ni hablar.