Otro punto central era el deseo de hispanizar a los africanos con el fin de incorporarlos a la comunidad espiritual y a la hermandad cultural con sus amos, y con ello influir en el desarrollo de una sociedad en la que los valores religiosos y culturales compartidos produjeran un régimen esclavista sustentado en el consenso. Es decir, la Iglesia proporcionaba ciertas salidas para las tensiones de los esclavizados y para su descontento por medio de ciertos rituales religiosos y actividades sociales. También intentó ofrecer a los africanos una igualdad espiritual en el cielo a cambio del respeto y la obediencia a sus amos en la tierra.