Tal vez él no quería recordar, y yo no estaba por la labor de saber. Hay muchos días así, en los que piensas que la ignorancia provee y te hace avanzar. Conocer los detalles me produciría un alivio que duraría unos minutos y que, cuando se agotase, se convertiría en desconsuelo, y este se prolongaría no minutos sino meses, años.