—Esto es justicia. Mi justicia.
Aparto los ojos y entierro la cara en el pecho de Eldas cuando un horrible sonido crujiente y desgarrador llena mis oídos. Tal vez haya gritado. El brazo de Eldas se aprieta aún más a mi alrededor y el mundo se oscurece mientras me lleva con él a través del Vano.