La literatura erótica de masas, las películas que les ponen carne, las clases de striptease, las sesiones de fotos eróticas, los talleres que enseñan cómo masturbar a varones hasta la comercialización de lencería sexy y juguetes sexuales, convocan a muchas mujeres que quieren transgredir las normativas que las ubicaron antes en lugares pasivos y alejados del placer