De lo que me podía contar porque, aunque la investigadora era yo, él perseguía a ciberdelincuentes, mucho más peligrosos que mis estafadores. Después de comer, Jorge tenía programada una videoconferencia con Rusia y más tarde otra con Canadá, así que me fui a pensar a la oficina. Él prefería trabajar desde casa. Yo, desde el despacho que habíamos alquilado.