Según he podido aprender al formar parte de una comisión en el Parlamento europeo sobre el sistema Echelon (interceptaciones indiscriminadas de todas las comunicaciones mundiales a través de una red satelital constituida por los Estados Unidos, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia), somos controlados por un Gran Hermano para nada imaginario que responde a los Estados Unidos y a sus más fieles aliados.