Hay algo que me fascina en las novelas, sobre todo Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, que sé que fue amigo tuyo: su impostura. Es una novela mexicana, acaso la mejor novela mexicana de fines del siglo XX, escrita por un chileno. Es decir, no se necesita ser mexicano para escribir una novela mexicana. La idea es asombrosa. De igual manera, «El gaucho insufrible» es un cuento argentino de primerísima. Pero Bolaño no era argentino