Ático de los Libros

Afrontémoslo, hay veces en que el amor no sale bien. Pero incluso cuando es un fracaso, te conecta con otros, y, al final, eso es lo único que te queda: las conexiones

Necesito reconstruir la historia de nuestro amor para captar todo su sentido.

Gracias a ella, somos lo que somos, uno por el otro y uno para el otro.

No había ningún lugar en el mundo de los adultos que te perteneciera. Estabas condenada a ser fuerte porque todo tu universo era precario

«Cuando no sepas cuál es el camino del deber, elige siempre el más difícil».
No te equivocarás. No hay atajos para llegar a ser quien debes y quieres ser.

De algún modo, mamá había separado la belleza de la locura

Hay partes de nosotros que siempre serán lo que fuimos, lo que tuvimos que hacer para sobrevivir en aquellos tiempos.

Hay personas que hacen dinero, otras, neurastenia, otras, niños. Hay quienes hacen gracia. Hay quienes hacen el amor, quienes hacen lástima.
¡Hace tanto tiempo que ansío hacer alguna cosa! No hay nada que hacer; no hay nada que hacer.

Demasiada gente tiene una proyección de sí misma en el mundo que estorba, que excede el espacio que les ha concedido el destino. Despliegan un egocentrismo reencontrado y ampliado hasta el punto de que ya no se ponen en el centro del mundo, sino que ponen el mundo en el centro de ellos mismos.

Necesito reconstruir la historia de nuestro amor para captar todo su sentido. Gracias a ella, somos lo que somos, uno por el otro y uno para el otro. Te escribo para comprender lo que he vivido, y lo que hemos vivido juntos.