Los psicoanalistas llevan casi un siglo escribiendo artículos de opinión sobre el funcionamiento de un país al que nunca han viajado, un lugar que, como China, está fuera de su alcance. De repente, el país ha abierto sus fronteras y está plagado de corresponsales extranjeros; los neurobiólogos presentan diez artículos por semana, llenos de nuevos datos. Sin embargo, estos dos grupos de escritores no parecen leerse entre sí.
Es porque los analistas escriben sobre un país que ellos llaman “Mente” y los neurocientíficos reportan desde un país que llaman “Cerebro”.