mamá,
justo esta mañana el sol puso su amarilla no-mano
encima de mi rostro & desperté sabiendo que tus manos
fueron una vez el único lugar del mundo.
esta misma mañana me desperté
& recordé unos martes cualesquiera
mi cabeza en tu regazo, el cuero cabelludo emborronado
& también tus manos, tus manos, esas manos
mis dioses binarios. esas manos de leche, manos de pan,
manos en el aire en la iglesia, de pescado troceado,
manos para mi propio bien, dorsos de manos contestando impertinencias, manos
de me duele más a mí, manos de no voy a pedirte otra vez,
todo lo que necesito viene de esas manos
cansadas & aún agarrando grasa, tarareando
mientras prepara para su hijo manos reales de ónix.
mamá, ¿cuán lejos
estoy de casa?