El miedo institucional a llamar a las cosas por su nombre produce monstruos y víctimas. Se prefiere la amnesia visual al debate y el disenso que provocaría un cambio de título, responsable de la mirada narcotizada. Así es como estos cuadros, que apelan a las agresiones sexuales que los hombres cometen contra las mujeres, se han instalado en lo aceptable. Así es como, gracias a un título inapropiado, la belleza de la composición y la gracia de la pincelada vuelven a imponerse y a ocultar y a desactivar la quemazón de las preguntas. Que se resumen en una: ¿por qué los hombres violan a las mujeres?