—A partir de esa historia, todos los personajes que imagino se vuelven reales. Puedo verlos, observarlos y a veces incluso hablar con ellos. Me los imagino e inmediatamente después aparecen en mi vida. Ésa es mi enfermedad, doctor Larenz. Ése es mi problema. Ésa es la peculiaridad de mi supuesta esquizofrenia —dijo Anna, inclinándose hacia delante—. Por eso estoy aquí, con usted. Así que