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Barbara Pym

  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Norman se retorció como un perrito cascarrabias. No había venido hasta aquí para que lo inmiscuyeran en esos asuntos, y permitió que una enfermera irlandesa y mandona lo echara a empujones, sin mirar atrás ni una sola vez al paciente que dejaba en la cama
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Ay, bueno, esa es otra de las cosas que nos esperan a todos, o al menos la posibilidad de que el estado de bie­nes­tar nos pase por alto.
    —No sigas dando la lata —intervino Edwin—. Entre eso y lo de que te encuentren muerto por hipotermia, parece que se te ha metido bien en la cabeza.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Se pueden almacenar latas —apuntó Marcia, con aire de tener la cabeza en otra parte, muy lejos de allí.
    —Pero puede que no tengas la fuerza necesaria para abrirlas —comentó Norman con entusiasmo—. Y además, yo no tengo mucho sitio para guardar cosas
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Ninguno de los cuatro, pese a trabajar juntos, visitaba a los demás ni los frecuentaba después del trabajo
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Ahora apenas prestaba atención a Norman, salvo para considerarlo un hombrecillo bastante lerdo, por lo que todo aquel alboroto con su compra y la lectura de las cosas que había adquirido no hizo más que ponerla de los nervios. No deseaba saber lo que él iba a comer, era algo que carecía de interés
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    A Edwin no le gustaban los cambios
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Letty hizo la compra de camino a casa, en un pequeño autoservicio regentado por asiáticos de Uganda

    Asiáticos de Uganda?

  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Marcia regresó a la habitación en la que había muerto su madre. Casi no había tocado nada desde entonces. El cuerpo, por supuesto, se lo habían llevado para enterrarlo; se había hecho todo lo que en ese sentido era necesario y se habían celebrado las exequias de rigor, pero después de aquello a Marcia le había faltado la energía necesaria para redistribuir el mobiliario, y la señora Williams, la mujer que solía ir a limpiar en aquella época, no la había animado a ha­cerlo
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Sin embargo, este tipo de retroceso hacia el pasado no estaba hecho para Letty, que vivía fundamentalmente en el presente, aferrándose con sencillez y firmeza a la vida, sobrellevando como mejor sabía lo que la vida le ponía por delante, por poco que fuera
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    La ropa le quedaba holgadísima, aunque su aspecto le importaba bastante poco, no como a Letty, que siempre andaba comprándose trapitos nuevos y preocupándose por si encontraría una rebeca de un tono preciso que fuese a juego con otra prenda
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