Es tarea casi imposible desprender del hedonismo, ese halo de apología al goce egoísta de los apetitos. Aún así, Carson propone desde Epicuro hasta Stuart Mill, la dinámica de una política libertaria que declara desde las micro revoluciones del existir cotidiano actual, la posibilidad ética del disfrute común y no anárquico, de nuestras libertades y expectativas más profundas y existenciales.