deberíamos invertir el lugar común según el cual percibimos el presente como lleno de posibilidades y a nosotros mismos como agentes libres para elegir entre ellas, mientras que, retrospectivamente, nuestras elecciones nos parecen totalmente determinadas y necesarias. Son, por el contrario, los agentes implicados en el presente los que se perciben a sí mismos como atrapados en el destino, mientras que, desde el punto de vista de la observación posterior, podemos discernir alternativas en el pasado, la posibilidad de que los acontecimientos tomen otra senda.