Sally M. Winston

Solo un pequeño porcentaje de ellos son indicaciones de un auténtico peligro.

Pero recuerda: tienes la capacidad o de aumentar el miedo y convertirlo en un segundo miedo o dejarlo estar. Dejarlo estar permite que el proceso natural de calmarte se produzca.

Aceptar y permitir es, en realidad, más una actitud que una técnica.

Luchando como lo has hecho, probablemente has descubierto una verdad muy frustrante e importante. Intentar mantener los pensamientos alejados de tu mente no te funciona. No le funciona a nadie.

si sigues haciendo lo que has hecho siempre, vas a conseguir lo que siempre has conseguido (Forsythe y Eifert 2007).

No hay nada malo en ti, solo el modo de relacionarte con tus pensamientos.

He aquí un pensamiento intruso que he tenido mientras escribía este párrafo: «Espero que con esta tormenta se vaya la luz y así no tendré que seguir trabajando». El pensamiento llegó aleteando, y no hice nada con él. Pero la cuestión es esta: si me hubiera preocupado por mi mente, mis motivaciones o mis pensamientos, podría haberme sentido incómodo. Podría haberme preocupado por lo que el pensamiento quizás implicase. ¿No tendría que disfrutar de mi trabajo? ¿Quiere esto decir que debería jubilarme? ¿Estoy agotándome? ¿Puede que esté deprimido y por eso quiero una excusa para no escribir este libro? ¿Por qué no me concentro? ¿De verdad quiero que se vaya la luz? ¿Qué es lo que me ocurre para pensar eso? O podría preguntarme si no será que he recibido un mensaje especial y mi pensamiento significa que realmente va a irse la luz, en cuyo caso debería conseguir velas ya. En lugar de eso, no hago nada al respecto. Al momento, pasa. No era más que un pensamiento en el que no merece la pena detenerse. Vuelvo a la escritura.

Mente sabia: Mirad, chicas, nada en la vida está libre de riesgo, realmente nada. Podéis vivir con ello o enloquecer. Depende de vosotras.

La mente sabia proporciona la voz de la aceptación y la entrega a estos pensamientos. Señala que buscar un mundo perfecto, cien por cien libre de riesgo, es inútil y contraproducente, y que tanto la voz preocupada como la falsa comodidad podrían llevar vidas más felices si dejaran de pelear y permitieran la existencia de sus pensamientos sin discutir tanto.

Los pensamientos no cambian las probabilidades del mundo real. No mueven objetos ni pueden dañar a las personas. Además, no son aspectos de tu inconsciente que puedan liberarse y tomar el control si no permaneces vigilante. Pensar que alguien puede morir no hará más probable que muera; un pensamiento errante acerca de cómo sería serle infiel a tu pareja no hará que busques una aventura; un repentino pensamiento de miedo no hará que sea más probable que ocurra un peligro o un desastre reales. Por favor, no confundas pensamientos con hechos. Un hecho puede ser verdadero o falso. Un pensamiento no es más que un pensamiento. Los pensamientos a menudo son conjeturas que hacemos sobre el mundo que nos rodea y el modo como parece funcionar. Los pensamientos, por sí mismos, no tienen efecto sobre el mundo.

Hecho: Una vez más, los pensamientos no cambian las probabilidades del mundo real. Si bien preocuparte por alguien puede hacerte sentir que estás haciendo algo para protegerlo, en realidad lo único que haces es entrenar tu cerebro para reforzar un ciclo de preocupación constante. Recuerda que los sentimientos no son hechos. Sentir que necesitas pensar constantemente en alguien es caer en las falsas alarmas de la ansiedad.