Jenny Han

Desearía no haber visto esa escena. Era demasiado íntima. Demasiado real. Debía pertenecerles sólo a ellos. Si pudiese borrarla de mi mente, lo haría.

Hacían que desease tener a alguien con quien susurrar en el asiento de atrás.

Mis cartas me liberan.

Siempre me estoy preguntando por los «¿y si…?», por los caminos no seguidos.

Odio los cambios más que nada en este mundo.

Por un segundo, pensé que era yo. Pensé que iba a decir que era yo.

Pero entonces vi cómo se sonrojaba, con la mirada perdida en el espacio, y supe que no se refería a mí

aun así noté que se me encogía un poco el corazón.

Quizá aún no esté preparada. Quizá no lo esté nunca.

Tener el corazón de alguien en tus manos entraña mucha responsabilidad.