Roberta Milanese

nuestro acceso a la realidad nunca es directo, sino que siempre está mediado por nuestros procesos perceptivos, emocionales y cognitivos, que nos llevan a observar e interpretar la realidad aproximándola a nuestras creencias habituales y modelos interpretativos (Nardone, 2014b, 2019).

La evitación: una de las tendencias más frecuentes frente al miedo es evitar aquello que tememos. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo: si bien por una parte la evitación nos hace sentir seguros, por la otra confirma nuestra incapacidad para afrontar y superar las dificultades.

Pedir ayuda: cuando la petición de ayuda implica delegar en otros lo que deberíamos hacer personalmente, produce efectos análogos a la evitación, porque confirma nuestra incapacidad para hacer las cosas por nosotros mismos.

Renunciar: es una de las psicotrampas más devastadoras. Cuando la desconfianza en las propias capacidades lleva a renunciar a enfrentarse a las pruebas que la vida nos presenta, lo único que se consigue es confirmar la presunta incapacidad, hasta convertirla en real.

Aunque semejante en apariencia, el miedo al conflicto se diferencia sustancialmente del miedo a la impopularidad. Si en el segundo caso las personas evitan a los opositores por miedo a perder el consenso, en el primero domina sobre todo el temor a no saber gestionar emocionalmente el conflicto en sí mismo. Puede ser miedo a dejarse arrastrar por la agresividad del otro o, al contrario, a perder el control de las propias reacciones y pasarse. A veces, es el temor a herir al otro

«Si yo quisiera dedicarme, de forma voluntaria y deliberada no a mejorar, sino a empeorar más mi situación, ¿qué debería hacer o no hacer? ¿Qué debería pensar o no pensar si, por alguna extraña razón, quisiera que todo fuera peor?». Evidentemente, se trata tan solo de una pregunta teórica y deberá evitar ponerla en práctica.

Insensibles a las señales del mundo exterior cuando estas tienden a confirmar su adecuación, son muy buenas a la hora de destacar cualquier pequeño error o carencia que confirme su inadecuación.

De modo que le explico que, mientras cargue con la sombra siniestra del pasado, esta le impedirá la realización del presente y del futuro. El primer paso será, por tanto, devolver el pasado al pasado: todos los días deberá coger papel y pluma y, como si estuviese sentada sobre los escombros de todos los desastres realizados, deberá describirlos uno por uno.

1. Afronta los desafíos que la vida te propone: es la mejor manera de construir la confianza en los propios recursos. Solo «evitando evitar» lo que la vida nos propone podemos ponernos a prueba y desarrollar nuestras capacidades.

Eleva progresivamente el listón, pero no te plantees objetivos imposibles: es fundamental colocar bien nuestro «listón». Debemos evitar proponernos objetivos irreales, en la forma o en el tiempo, y aceptar que cualquier habilidad compleja ha de ser adquirida poco a poco.