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Miguel Ángel Vega Cernuda

  • Pablohas quoted2 months ago
    El lenguaje de los bienintencionados lo llama hacerse adultos, y, efectivamente, algo de verdad hay en ello.
  • Pablohas quoted2 months ago
    El hombre, que se sentía impotente frente a los acontecimientos de la naturaleza, buscaba su refugio en los seres que eran más fuertes que él mismo.
  • Pablohas quoted2 months ago
    La modernidad se establece en nuestras cabezas en forma de experiencias que rompen la ingenuidad y de experiencias antiintuitivas que nos imponen una particular necesidad de la elevación de nuestra inteligencia.
  • Lihas quotedlast year
    El gran defecto de las cabezas alemanas consiste en que no tienen ningún sentido para la ironía, el cinismo, lo grotesco, el desprecio y la burla.
    Otto Flake, Deutsch-Französisches, 1912
  • Lihas quotedlast year
    Y de esta competencia de las conciencias surgió esa penumbra característica del presente: el acecho mutuo de las ideologías, la asimilación de los contrarios, la modernización del engaño; en pocas palabras, esa situación que envió al filósofo al vacío y en la que el men
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast month
    Diógenes sería impensable un gesto tan patético como semejante heroica muerte voluntaria. Diógenes, y de esto podemos estar seguros, habría tildado esta muerte de locura, y aquí coincide con Luciano, pues al quínico, hablando literalmente, le corresponde la especialidad cómica, no la trágica, la satírica, no el mito serio. Esto revela un cambio estructural profundamente arraigado de la filosofía quínica. La existencia de Diógenes se inspiraba en la relación con la comedia ateniense. Ésta se arraiga en una cultura de risa ciudadana, alimentada por una mentalidad que está abierta a la broma, al golpe irónico, a la burla y al sano desprecio de la tontería. Su existencialismo se asienta en un fundamento satírico. Totalmente distinto era el tardío quinismo romano. En él se había dividido visiblemente el impulso quínico: aquí en una dirección existencial, allí en una dirección satírico-intelectual. El reír es una función de la literatura, mientras la vida sigue siendo una cuestión mortalmente seria66. Los quínicos sectarios se habían aplicado con gran celo al programa de la vida sin necesidades, al programa del «estar preparado para todo», al programa de la autarquía; sin embargo, habían sucumbido, a menudo con una seriedad animal, a sus roles de moralistas. El motivo de la risa que había devuelto la vida al quinismo ateniense había llegado exhausto al quinismo romano-tardío.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast month
    historia de la vida de Peregrino, da del hombre que se quiere quemar ahí una imagen funesta. No hay duda alguna de que Luciano ha puesto en su boca su propia versión, versión según la cual el maestro no sería sino un criminal, un charlatán y un megalómano. La vida de Peregrino se lee como la biografía de un criminal cuyas fases vitales están compuestas de meras monstruosidades: desde el adulterio –tras el cual, al ser descubierto, se le mete, para su ludibrio, un rábano en el ano–, pasando por la pederastia y el soborno, hasta el colmo de los actos vergonzantes, el parricidio. A continuación, obligado a huir de su patria Parium, se le hace maduro para una carrera de estafador ambulante. Poco después se adherirá a una comunidad cristiana (!), en la que logra hacer rápida carrera con sus artísticas piezas retóricas. Los partidarios de este sofista crucificado de Palestina serían, efectivamente, gente ingenua a la que una cabeza astuta puede engañar todo lo que quiera. Por fin, de los cristianos o, como Luciano dice, «cristianianos» se pasa a los quínicos, se deja crecer una luenga barba de filósofo y, tomando la talega del predicador errante, el bastón y el manto, llegará en sus viajes hasta Egipto, donde provocará la curiosidad de las gentes mediante autoflagelaciones públicas; también se rasurará la mitad de la cabeza, cosa que debía de ser una nueva forma, digna de admiración, por supuesto, de ejercicio virtuoso. Llegado a Italia, fulmina invectivas contra el emperador, lo que le vale un destierro de Roma y al mismo tiempo le confiere la aureola de perseguido contra toda justicia. En su hueca vanidad caerá, por último, en la idea de quemarse con gran aparato con ocasión de los juegos olímpicos.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast month
    Para nosotros es importante la escena, porque se puede observar el cambio brusco del impulso quínico de una crítica cultural plebeya y humorística a una cínica sátira señorial. La carcajada de Luciano sigue siendo una pizca demasiado estridente para ser serena; demuestra más odio que soberanía. En ella está la mordacidad de alguien que se siente interrogado. S
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast month
    El demonio es el primer realista postcristiano. Su libertad de dicción tiene que parecer a sus contemporáneos más antiguos incluso infernal. Allí donde el demonio abre la boca para decir cómo está el mundo realmente, son barridas la antigua metafísica cristiana, la teología, la moral feudal. Si incluso se le despoja de los cuernos y las pezuñas, entonces de Mefistófeles no queda otra cosa que un filósofo burgués: realista, antimetafísico, empírico, positivista.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast month
    Mefistófeles es un ser fluorescente que vive de un modo completo en sus metamorfosis. Él se transforma en un perro. En su primera aparición, el demonio elige el símbolo de la secta quínica de filósofos.
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