Soy un parisiense de París. Nací en 1840, bajo el reinado del buen Luis-Felipe, en un medio de negocios en el que se hacía alarde de desdeñar las artes. Pero mi juventud transcurrió el El Havre, adonde mi padre había ido a instalarse, alrededor de 1845, para seguir más de cerca sus negocios, y fue una juventud esencialmente vagabunda.