suma, el objetivo del diálogo interno es "controlar el mundo", que el mundo que nos rodea, lo que incluye sucesos, objetos y personas, sea como nuestra mente quiere que sea. Tenemos expectativas sobre cómo tiene que ser nuestra vida, no aceptamos lo que nos ocurre y buscamos siempre la forma de modificar los acontecimientos externos para que se adapten a lo que nosotros deseamos. A eso es a lo que dedicamos nuestra vida: a que el mundo se acomode a nuestras expectativas, a que todo sea como nosotros queremos que sea. Esto constituye una tarea absolutamente agotadora, inacabable e imposible.