ue las chicas se junten en espacios urbanos desafía las percepciones usuales acerca de para quién está hecha la ciudad. Al apropiarse de espacios abandonados o masculinos, al dejar su huella haciendo grafitis, y también al estallar, por momentos, en violencias propias, las chicas hacen de la ciudad, ese “patriarcado de vidrio y piedra”, un espacio de posibilidades