El término nació en los años setenta y, cómo no, también de la mano de un hombre, en este caso de un locutor de radio estadounidense llamado Rush Limbaugh que, como buen republicano y conservador, no estaba a favor de que las mujeres decidieran sobre su propio cuerpo. Así que inventó este término mezclando «feminista» y «nazi», comparando así el aborto con el holocausto nazi.