Esta nueva consigna productiva —hazte a ti mismo— provoca una generalizada hiperactividad nerviosa. A cada momento nos encontramos bajo la obligación de tomar infinitas pequeñas decisiones en todos los ámbitos (laboral, emocional, social...) que supuestamente nos consignan y nos dispensan visibilidad, pero que se han convertido ya en la nueva fuerza de trabajo: no clausuran nada y garantizan el beneficio generado por la acción constante de la inquietud».