Bajo la lógica capitalista, la velocidad se desea con fruición. Ir más rápido significa mayores ganancias. A la inversa, cada minuto desperdiciado conlleva pérdidas monetarias. Mientras que la rapidez, la eficiencia y la agilidad se santifican; la lentitud, la torpeza y la pereza resultan aberrantes. Téngase presente que la etimología de «negocio» es neg-otium, la negación del ocio y, así, del reposo. (En inglés el ejemplo permanece: business proviene del inglés medio bisy, ocupado, y nombra la condición de estar ocupado.)