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Lucy Score

  • Guadalupe Miñohas quoted2 years ago
    No puedes poner tu valía en las manos de otra persona, independientemente de si esas manos te acarician o te hacen daño. No importa. Tu valía proviene de tu interior y no depende de si eres o no importante para él.
  • Guadalupe Miñohas quoted2 years ago
    tienes que decir que sí, porque lo he comprado en el pueblo y ya se ha enterado todo el mundo.
  • b9698455501has quoted2 years ago
    Luke puso los ojos en blanco.
  • Elii Cortéshas quotedlast year
    La vida pasa muy deprisa. No hay mucho tiempo para pensar en qué podríamos o deberíamos haber hecho
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    —Buenas noches —susurró ella en la oscuridad.

    —Buenas noches.

    —¿Luke?

    —¿Sí? —dijo arrastrando la palabra.

    —Gracias por dejar que me quede.

    Él suspiró.

    —De nada.

    —¿Harper?

    —¿Sí?

    —Cierra el pico y duerme.
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    la canción «Angel Eyes», de Jeff Healey, que resonaban en la sala.

    —¡Me encanta esta canción, Luke! Es mi canción favorita de fantasía romántica del mundo. ¿Bailas conmigo?
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    Bueno, eso ha sido una fantasía de algún tipo —dijo ella entre suspiros mientras se sentaban otra vez a la mesa. Tenía las mejillas rojas.

    —Creo que deberíamos volver, mañana madrugo.

    Luke habló con un tono normal, pero tenía la voz áspera. Le ocurría algo, pero Harper no sabía qué escondía bajo la superficie.
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    Beth silbó cuando Luke cerró la puerta al salir.

    —Menuda química. Pensaba que te iba a comer con los ojos.

    Harper se abanicó con la mano para deshacerse del rubor en las mejillas.

    —¿Siempre se comporta así?

    Beth sacudió la cabeza.

    —Qué va. Es la primera vez que veo esta versión tan ardiente de él. Parece un volcán a punto de entrar en erupción.
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    Luke cogió a Harper de la mano y siguieron a Becky.
  • María Mafailehas quoted2 months ago
    —Gracias. Por todo.

    Una lágrima le mojó la mejilla mientras negaba con la cabeza y dijo:

    —Soy yo la que tiene que darte las gracias. Ha sido el mejor mes de mi vida.

    —Dímelo una vez más.

    —Te quiero, Lucas Garrison, y más vale que vuelvas sano y salvo con tu familia o vendré y te patearé el trasero.

    Él sonrió.

    —Esa es mi chica.
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