Los estudios hablan por sí solos desde hace más de una década. Cuando se analiza la actitud frente al riesgo de hombres y mujeres en aspectos tan diferentes como las finanzas, la seguridad y la salud, el ocio, la ética y las decisiones sociales, resulta que solamente en el ámbito social es en el que no se perciben diferencias entre hombres y mujeres; en todos los demás ámbitos, los hombres tienen una mayor tendencia a asumir riesgos, y las mujeres se comportan de manera más conservadora.3