El hombre se creyó la mentira aquella de “creced y multiplicaos” al punto de que ya no cabe nadie más en el mundo. Por eso matar es un acto de amor, de sensibilidad, de humanidad, de consideración con el universo. Las enfermedades no son lo suficientemente eficientes, la medicina les gana en muchas ocasiones la carrera y no logran su objetivo de evacuar de la tierra tanta gente, por eso está justificado el asesinato.