Cada vez que veo a Mati reírse me pregunto de dónde vino esa mujer bien “lucas” teniendo unos papás tan estirados. De verle sus cachetes rojizos y su risa empalagosa, pienso que mamá Matilde la recogió en el parque. Una vez se lo dije rechiflándola, luego me arrepentí por lo mula, pero igual se rio y me contestó: “Me recogieron porque querían un bebé bonito, no como tú, toda flacucha y peluda…”. Fue cuando comprendí que Matilde se sobreponía al sufrimiento y lo transformaba en alegría. La envidio por eso, porque en cambio, yo soy recorajuda… También la envidio por sus caldos revivemuertos.