La exigencia de una auténtica liberación trans se solapa con las demandas de las trabajadoras, comunistas, feministas, antirracistas y personas queer, y se hace eco de ellas. Son exigencias radicales, ya que van a la raíz de lo que es nuestra sociedad y de lo que debería ser. Es por eso por lo que la existencia de las personas trans es una fuente constante de ansiedad para muchos de los que apuestan por el statu quo o tienen miedo de lo que pueda sustituirlo.