Raphael Bob-Waksberg

Estaba completamente loco por una mujer que, dos meses antes, se había deslizado hasta mi lado, borracha en una fiesta, y, como si me conociera, me había susurrado al oído: «Te mereces a alguien que te quiera con todas tus heridas»

y mientras limpias las copas de vino del salón puedes decir, «lo hemos pasado bien», en un tono ausente que deje claro que no lo dices con sinceridad, pero que tampoco lo dices no sinceramente

y las cosas me iban bien, pero de un modo deprimente, en plan que las cosas iban tan bien que tenía ganas de suicidarme

Por algún motivo yo me había hecho la idea de que era muy especial y de que había nacido para hacer cosas relevantes e increíbles, pero conforme más vivía, más se hacía patente que oye, no, que solo era una persona normal y corriente como el resto del mundo

Una vez más, de verdad que no quiero dar la brasa con lo de los superpoderes —me fastidiaría mucho pensar que el hecho de que ahora pueda hacer que me salgan ráfagas de fotones de los puños es como la parte más interesante de mi persona, en lugar de, qué se yo, mi personalidad arrebatadora

Pero ahora, a Lucinda se le estaba dando muy bien lo de no pensar en nada de eso. De hecho, aquella noche le costó dormirse porque estaba muy ocupada no pensando

Entonces sonríe y yo me siento como debe de sentirse Clark Kent cuando escucha a alguien hablando de Superman.

la tristeza es mejor compañera que la alegría forzada

La tristeza se celebra, no se esconde. Y eso tiene sus implicaciones

personas a las que no quieres tocar por miedo a que ellas te rompan a ti.