La vida a que surge es la vida de las posibilidades, la dimensión de los proyectos y de los planes. Antes vive en la realidad y no es capaz todavía de proyectarla en sus plenas posibilidades sino encadenándola y cegándola. Pero “antes” de la interpretación filosófica de una realidad hay el “cultivo” artístico que opera ya en las posibilidades, que proyecta y lanza, aunque no en toda su pureza, pues aún echa mano de lo “sensible” como asidero de lo posible.