Te quedas con ganas de abrazar a la protagonista y con la frustración de que existan este tipo de historias de gente que lidia con los problemas cotidianos de una mala crianza además de los problemas macrosociales como lo es el vivir un país en reconstrucción por la guerra
Al inicio el desarrollo de la historia iba muy bien, pero luego se fue reburujando un buen. Al final ya era tal el embrollo que no hay manera de entender lo que pasó. Aunque me gustó la comparación entre cómo se viven las restricciones y la libertad en Cuba, Europa y Estados Unidos.