Para él la vida cotidiana está (revise según las citas) casi siempre en el movimiento: el molino, el vagón, el aroma peregrino del vino de los vagabundos, el parloteo de las membranas, el movimiento de los canteros, el té derramado, – ¡no es algo traído de los pelos! – verifíquelo: hasta el sueño tiene movimiento: el pulso en la sien.
La vida cotidiana como rutina, como ambiente, como roble