Este libro tenía mucho tiempo en mi estantería y moría por leer ya a Banana Yoshimoto. Sin saberlo, caí en la coincidencia de que el primer libro que leo de ella sea su primera novela y, aunque no fue lo que esperaba, sí fue una sorpresa agradable.
Sin conocer la tradición de la literatura japonesa, pensé que sería un libro vibrante y lleno de personajes entremezclados. Tanto en Kitchen como en Moonlight shadow, con sólo tres personajes principales respectivamente la autora aborda la pérdida, el duelo y la soledad, con el amor como componente de base que permite sanar.
El ritmo lento tiene un tono sumamente poético que se ve acompañado por momentos que elevan los escenarios ordinarios a situaciones maravillosas. Me quedo con ganas de seguir leyendo más a Yoshimoto y de regresar a este libro en el futuro.