La muerte está con nosotros, aquí y ahora, aunque eso no debería asustarnos ni deberíamos vivirlo como un inconveniente porque, como dice la sabiduría popular, si un problema no tiene solución no es un problema, es otra cosa. ¿Qué sería saber que me voy a morir? La única certeza en una realidad llena de interrogantes y de volatilidad.