se puede exigir a los reporteros que se preparen para hacer preguntas más inteligentes, mejor pensadas, incluso que investiguen aunque sea un poco para poder ser más incisivos, si al final la posibilidad de preguntar es tan limitada y discrecional? ¿Si el día que el presidente así lo decide tan sólo otorga la palabra a cuatro reporteros a lo largo de más de dos horas, como me tocó constatar? El presidente invierte en las mañaneras muchas horas de su tiempo, del de los funcionarios que a ellas acuden, e incluso del nuestro como ciudadanos. Un tiempo tan preciado no puede malgastarse.