Cuando abrimos los ojos cada mañana, podemos seguir una de dos direcciones: alinearnos con el Universo a través de la práctica espiritual, la meditación, la oración, la afirmación o el ejercicio… o tomar el teléfono, poner las noticias en la televisión, beber una taza de café y empezar con las prisas.
Orar en las mañana