¿no será que la dicha debe su éxito, como la «vida buena», a su equívoco? Porque la palabra tiene dos sentidos muy distintos que los griegos, por su parte, distinguieron: el de «fortuna», favor concedido por los dioses o el destino (la eutuchia, εὐτυχία); y el de «dicha», como estado supremo de la vida colmada (la eudaimonia, εὐδαιμονία).