Lo que normalmente se conoce como afecto, pasión y sentimiento es para Nietzsche, en el fondo de su esencia, voluntad de poder. Así concibe a la alegría (normalmente un afecto), como un «sentirse-más-fuerte», como un sentimiento de ser y poder-ir-más-allá-de-sí:
«Sentirse más fuerte —o, expresado de otro modo: la alegría— supone siempre un comparar (pero no necesariamente con otro, sino consigo mismo en medio de un estado de crecimiento y sin que se sepa en qué medida se está comparando).» (La voluntad de poder, n. 917)