En síntesis: por un lado, la literatura científica abogaba por el dimorfismo o neodimorfismo para explicar las diferencias cerebrales entre cis varones y cis mujeres; por otro lado, en los estudios básicos y preclínicos realizados en roedores[3] las hembras eran omitidas para evitar las variables asociadas con sus fluctuaciones hormonales. Pero la omisión no era una simplificación puesto que, si había dimorfismo, no se llegaba al mismo resultado por una vía más corta