por qué justificar en las prevalencias la búsqueda de dimorfismos sexuales en cerebros humanos si, aun concluyendo que existían, se los ignoraba al realizar estudios básicos y preclínicos exclusivamente en machos? Confirmar que había dos tipos de cerebros diferentes, ¿tenía un sentido biomédico real o solo servía para, sobre argumentos biomédicos, alentar trabajos que legitimaban una lectura jerárquica de los cerebros explicada según “los roles que nuestros ancestros tuvieron en la reproducción”?