Una condesa de la Bretaña francesa, tras el fallecimiento de su marido en el Año Mil, inicia una peregrinación a Compostela para postrarse ante el apóstol Santiago y que éste haga crecer a una hija que tiene de siete años y que es enana, de la que las malas lenguas sostienen que, pese a haber recibido exorcismo, continúa endemoniada. Sale al camino con un séquito de doscientos servidores, pero a lo largo de tantas y tantas millas se encuentra con personajes estrafalarios, a la par que le suceden multitud de contratiempos y aventuras, e incluso vive los «terrores» del Año Mil en el Finisterre de Galicia y el robo de un precioso Beato en la ciudad de León.