"Me llamo Eric Rot y escribo estas últimas líneas de mi vida para confesarme: soy un asesino. Yo lo hice. La maté. Linda Fitzwilliam está muerta. Ni huida con su amante, ni jugando a esconderse para irritar a su familia, como apuntaron en su momento las revistas del mundo rosa. La hija del magnate John Fitzwilliam, mi jefe y amigo durante los últimos 20 años, murió estrangulada la noche del 13 de agosto de hace cinco años, en París. Esa es la verdad."
Con esta novela corta, Mikel Santiago consiguió llegar a la lista de best sellers en España y Estados Unidos y suscitar el interés del mundo editorial.