Las palabras de este libro son una invitación para que el tambaleante ego pueda, mientras sea parte de la expresión de esta Vida, disfrutar y vivificar la esencia que nos hace iguales, no que nos distingue; que nos funde en la armonía y, que no nos divide en la multiplicidad. Estas palabras, que he osado en llamar vivas, son en realidad todo menos eso si no gozan de su beneplácito para que engendren en usted un mensaje de vida más humano e incluyente. Me atrevo entonces a invitarlo (a través de versos, prosa, diálogos, y poesía), a enfocarse un poco más en el vital caudal universal y, un poco menos en el moribundo yo.